Capítulo 253
Fernanda respondió con indiferencia: “Ya es tarde, mejor nos vamos todos a cano“.
Fernanda se levantó primero, y los directivos también se pusieron de pie inmediatamente.
La cena fue incómoda para ellos, deseando que terminara lo antes posible.
“Ya que la Sra. Borrego lo ha dicho, entonces vámonos todos“.
Uno tras otro, se levantaron Cuando Sebastián giró la cabeza pora mirar a Fernanda, notó que no estaba infeliz por el incidente, era como si no le
nfectara..
Sebastián se levantó, ignorando las miradas de los demás, tomó la mano de Fernanda y se dirigieron hacia afuera.
Fernanda frunció el ceño, pero nadijo nada debido a la situación.
Una vez afuera, Sebastian abrió la puerta del auto, ayudó a Fernanda a subir y luego se subió al vehículo.
Delfina, viendo que Sebastián no la esperaba, corrió tras él, pero para cuando salió, Sebastián ya se habla ido con Fernanda.
El semblante de Delfina se torno sombrio
Sebastián la había dejado atrás.
“Algunas personas piensan que imitando mi forma de vestir, Sebastián las notari“, dijo una voz detrás de ella.
Lorena se acercó lentamente, con una expresión de triunfo en el rostro.
Delfina, recuperando su compostura, preguntó con curiosidad: “Disculpe, señorita, nos conocemos?”
“No finjas delante de mi, te advierto, incluso Fernanda tuvo que imitarme para llamar la atención de Sebastián. Tú simplemente estás intentando seguir su ejemplo infructuosamente“.
Lorena despreciaba la situación, ya que habla ideado un plan perfecto.
El lugar de la Sra. Borrego seria suyo.
Nadie podría competir con ella, ni Fernanda ni la mujer frente a ella.
“¿Ahs? Pero parece que Sebastián tampoco te toma en serio, asi que no tiene sentido traer a colación el pasado. Delfina sonrio, jugueteando con su cabello. “Después de todo, eres solo alguien que depende de Sebastián para tener algo, mientras que yo soy la hija verdadera de una familia adinerada. No te consideraria una rival, seria rebajarme“.
Con esas palabras, Delfina bajó las escaleras y se marchó en su lujoso auto valorado en más de un millón
La provocación de Delfinu dejó a Lorena con una mirada de furia.
Apretó los puños y sus ojos brillaban friamente.
Está bien, ¿quieres competir conmigo? Haré que todos desaparezcan‘
Mientras tanto, Fernanda, observando a Sebastián acelerar, le dijo: “Sebastián, estás loco? ¿Por qué conduces tan rápido?”
La velocidad del auto ya exordia las 120 millas por hora, y Fernanda no entendia por qué Sebastián estaba enojado,
Después del comentario de Fernanda, Sebastián estacionó el auto bruscamente al lado de la carretera, haciendo que Femanda se inclinara. violentamente hacia adelante, casi golpeándose con el asiento delantero.
“Sebastian! ¿Qué te pasa?”
Sebastián, con el rostro sombrio y una voz fría, dijo: “Lo de hoy, ¿fuiste tú quien lo organizó, verdad?”
“No sé de qué estás hablando“.
Fernanda desvió la mirada
“¿Cómo es que Lorena apareció tan oportunamente en el restaurante? ¿Cómo sabla Delfina que te iba a llevar a cenar aqui?”
Con voz grave, Sebastián continud: “Yo te he estado permitiendo hacer lo que quieras, pero no soy un tonto. ¿Qué es lo que pretendes?,¿Quieres emparejarme con ellas o qué 7′′
“Estás exagerando“.
Fernanda dijo con indiferencia: “Este asunto fue simplemente una coincidencia, no tenia ni idea al re presencia de Delfina fue por petición de la abuela, no tiene nada que ver conmigo“.
al respecto, Quizás Lorena apareció por casualidad. La
Observando la actitud distante de Fernanda, Sebastián bajo la voz y dijo: “Si lo que buscas es resaltar tu posición frente a todos y desacreditar a Lorena, estaré encantado, porque eso significa que aún estás dispuesta a ser la Sra. Borrego
