Capitulo 138
Inahel temia que Femanda realmente quisiem divorciarse de Sebastión, así que rápidamente empezó a hablar bien de él.
“Disculpen la interrupción esta noche, hablard seriamente con Fermanda“.
La mirada de Sebastión permanecia fija en Femanda, intentando leer las emociones en su rostro, pero desde que había llegado, Femanda no lo habia mirado ni una sola ver
“Fernanda”
Julio queria darle algún consejo, pero Femanda ya lo tenia claro: “Tio, ma voy ahora”.
Julio tomo aire profundamente y dijo: “Ten cuidado en el comino”
Femanda asintió con la cabeza y luego salió de la gran casa de la familia Sierra junto con Sebastián.
“Vetú en tu auto, yo manejaré el mio
Después de decir esto, Femanda se giro hacia el garaje, pero Sebastión le oganó la mano, frunciendo el celo: “¿Todavia estás enojada?”
Femanda no dijo nada.
Sebastián dijo en voz baja: “Esta vez fui yo el que se equivocó, perdi el control de mis emociones”
“Sebastián, el problema no es ese“. Femanda retiró su mano: “Hablemos de esto en casa“.
Fernanda se giro y entró al garaje, mientras Sebastián la miraba alejarse algo pensativo.
Ambos autos salieron, uno detrás del otro, por la carretera. Sebastian sabia que Fernanda estaba enfadada, así que no aceleró, simplemente siguió a una distancia prudente detrás del auto de Fernanda.
La calle estaba desierta esa noche, lo que la hacía parecer aún más vacía Fernanda puso música tranquila, pensando en cómo discutir el tema del divorcio con Sebastián una vez que llegaran.
Cuando pasaban el primer semáforo, que estaba en rojo, Fernanda intentó frenar, pero los frenos no respondieron y Fernanda se aland.
Este auto..
Sebastián, que seguia detrás, miró el semáforo, frunciendo el ceño, y llamó a Femanda por teléfono, diciendo: “Fernanda, te saltaste un semáforo en rojo, lo sablas? Conducir así es peligroso!”
Para ese momento, Femanda había intentado frenar varias veces, y estaba más que consciente de que había un problema con los frenos del auta.
Intentando calmarse, dijo: “Sebastián, mi auto tiene un problema”
“¿Qué dijiste?”
“Los frenos no funcionan!”
Fernanda se puso pálida; aunque no iba muy rápido, había un
la un reductor de velocidad adelante, y si
y si seguía asi, ¡habría un accidente!
Aloir esto, Sebastián también se alarmó: “No te preocupes, dirigete hacia una zona deshabitada. Intenta evitar hacer curvas“.
Femanda estaba intentando calmarse.
Había otro semáforo adelante, y rápidamente cambió de dirección.
Sebastián miró alrededor, evaluando el entorno, y dijo con voz firme al teléfono: “Mantén tu velocidad y agárate“.
Fernanda se sorprendió: “¿Qué vas a hacer?”
Sebastián colgó el teléfono, aceleró al máximo, y rápidamente alcanzó el auto de Femanda.
Fernanda bajo la ventana del auto y gritó hacia el auto de Sebastián que conducia a su lado: “Sebastián! ¿Qué estás haciendo? ¡Detente!”
Sebastián no respondio y con un fuerte acelerón dio un giro rápido y se colocó frente al auto de Fernanda.
Fernanda no tuvo tiempo de reaccionar antes de escuchar un fuerte ‘bang, seguido de un impacto intenso.
El auto se detuvo, Fernanda solo escuchaba un zumbido en sus oidos, había chocado contra el airbag, y los fragmentos de vidrio de la ventana se esparcieron, cortándole la piel. Todo su cuerpo le doliu, sin saber exactamente dónde se habila golpeado.
Ella forzó su conciencia para abrir los ojos, pero lo único que vio fue una densa niebla blanca que obstaculizaba su visión
1/1
